¿Alguna vez has pensado en el impacto que el sol puede tener en tus ojos? Seguro que has escuchado sobre los efectos negativos que tienen los rayos UV en nuestra piel, pero ¿qué pasa con nuestros ojos?. En este artículo te contaremos cómo cuidar los ojos del sol, pues sabemos que en muchas ocasiones es fácil olvidar que estos órganos también pueden sufrir daños irreparables debido a la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV)
La radiación UV, emitida por el sol es de dos tipos: UVA y UVB; ambas pueden generar efectos cruciales para nuestros ojos a mediano y corto plazo. La exposición excesiva a los rayos UV puede aumentar el riesgo de desarrollar afecciones oculares graves, como cataratas, degeneración macular y queratitis.
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Además, la radiación ultravioleta puede influir en enfermedades de mayor impacto como el cáncer ocular; pues aunque este sea relativamente poco común en comparación con otros tipos de cáncer, la exposición al sol se ha identificado como un factor de riesgo potencial en su desarrollo.
Uno de los tipos más comunes de cáncer ocular relacionado con la exposición al sol es el melanoma uveal, que afecta a las células pigmentarias en el ojo. Además, la exposición prolongada al sol también se ha asociado con otros tipos de cáncer como el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células basales en los párpados y la piel alrededor de los ojos.
Los efectos nocivos de los rayos UV no se limitan únicamente a los días soleados. Incluso en días nublados, los rayos UV pueden penetrar las nubes y alcanzar la tierra, lo que significa que nuestros ojos están constantemente expuestos al riesgo.
Por eso, es indispensable que adoptemos medidas preventivas para proteger nuestros ojos.
Algunas recomendaciones para cuidar tus ojos del sol
Cuando estés al aire libre, especialmente durante las horas de mayor intensidad solar, alrededor del medio día, debes usar unas gafas de sol que ofrezcan protección eficaz contra los rayos UVA y UVB. Al comprarlas, revisa que las gafas tengan un alto nivel de protección UV, preferiblemente 100%.
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En lo posible, limita el tiempo que pasas al aire libre bajo la luz solar directa, especialmente durante las horas pico de radiación UV. Opta por actividades al aire libre temprano en la mañana o al final de la tarde cuando el sol es menos fuerte.
Un buen complemento al uso de las gafas de sol, es una gorra o sombrero de ala ancha para proporcionar una barrera protección adicional contra los rayos solares directos que pueden filtrarse por encima o por debajo de las gafas. Aunque es menos común cuando vives en ciudades, puedes acudir a este elemento en tus viajes y paseos, situaciones que generalmente te harán estar más expuesto a la luz solar directa.
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La exposición prolongada al sol también puede generar el síndrome del ojo seco. Usa lágrimas artificiales si sientes sequedad o irritación e hidrátate muy bien durante todo el día.
Ver directamente el sol, sin tener en cuenta por cuánto tiempo lo hagas,puede causar problemas oculares graves debido a la intensa radiación solar, como quemaduras en la retina, conocidas como retinopatía solar, que pueden generar la pérdida permanente de la visión central o visión borrosa.
Además, aumenta el riesgo de desarrollar otras condiciones oculares, como cataratas y degeneración macular relacionada con la edad.
Hazte revisiones periódicas con un oftalmólogo para mantener un estado ocular saludable y detectar cualquier posible signo de daño solar. Si notas cambios en tu visión, como visión borrosa o sensibilidad a la luz, busca atención médica de inmediato.
Si usas lentes de contacto, opta por aquellas que ofrezcan protección UV adicional. Consulta con tu profesional de confianza para obtener más información sobre las opciones de lentes de contacto con protección UV disponibles.
Una dieta rica en antioxidantes, como las vitaminas A, C y E, puede ayudar a proteger la salud ocular. Además, evita fumar, ya que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades oculares relacionadas con la edad.
Si pasas mucho tiempo al aire libre bajo la luz solar intensa, recuerda tomar descansos periódicos para permitir que tus ojos se relajen y se recuperen. Practica ejercicios par descansar tus ojos y ayudar a que se mantenga su humedad.
Cuando realizas actividades al aire libre, como ciclismo, senderismo o esquí, la exposición es más alta y por lo tanto, debes proteger tus ojos con mayor determinación. Usa gafas de protección hechas específicamente para el deporte que practiques; estas gafas ofrecen una cobertura adicional y están diseñadas para permanecer seguras y cómodas durante la actividad.
Además de adoptar medidas preventivas para proteger nuestros ojos del sol, es crucial educar a los demás sobre la importancia de este tema. La concienciación sobre los riesgos de la exposición solar puede ayudar a fomentar hábitos saludables y a prevenir problemas oculares graves en el futuro.
En conclusión, es necesario cuidar los ojos del sol a diario. Al igual que aplicamos protector solar en nuestra piel antes de salir al sol, debemos incorporar el uso de gafas de sol y otras medidas de protección en nuestra rutina, ya sea que estés dando un paseo por el parque o practicando tu deporte favorito al aire libre. ¡Cuida tus ojos del sol radiante al igual que lo haces con tu piel!