Cómo afecta la enfermedad de Coats a los niños

Escrito por Clofán | Aug 15, 2024 11:55:22 PM

 

La enfermedad de Coats en niños es poco común, pero es una de esas condiciones que pueden sorprender y preocupar a los padres;  entenderla es el primer paso para manejarla adecuadamente y asegurar el mejor cuidado para tu pequeño. 

En este artículo, te explicaremos qué es la enfermedad de Coats, cómo afecta a los niños, cómo se diagnostica y exploraremos algunos tratamientos. 

¿Qué es la enfermedad de Coats?

Es una enfermedad ocular poco común que afecta principalmente a niños y adolescentes. Se caracteriza por la dilatación anormal de los vasos sanguíneos de la retina. Esta condición provoca que los vasos sanguíneos se llenen de líquido y se desarrollen pequeñas bolsas o quistes, conocidos como exudados. 

En algunos casos más delicados, se pueden llegar a producir desprendimientos de retina, glaucoma neovascular, cataratas o incluso pérdida total de la visión del ojo afectado.

Estos cambios pueden comprometer severamente la visión al interferir con la función normal de la retina, que es esencial para procesar la luz y enviar señales visuales al cerebro.

La enfermedad de Coats puede afectar uno o ambos ojos y tiende a progresar con el tiempo si no se diagnostica y trata adecuadamente. Aunque la causa exacta no siempre está clara, se sospecha que puede estar relacionada con anomalías genéticas o mutaciones que afectan el desarrollo normal de los vasos sanguíneos en la retina. 

Es importante destacar que esta condición no es hereditaria en la mayoría de los casos y suele presentarse de manera esporádica, sin un patrón familiar evidente.

Esta condición es conocida con este nombre, por el oftalmólogo George Coats, quien la descubrió a principios del siglo XX

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Síntomas y signos de alerta

Uno de los síntomas más característicos de la enfermedad de Coats es la pérdida gradual de la visión periférica o central, dependiendo de la ubicación y la extensión de los cambios en la retina. 

Además, el ojo afectado puede mostrar un reflejo pupilar blanco o amarillento cuando se ilumina, debido a la acumulación de líquido detrás de la retina. 

Esta apariencia anormal del ojo, junto con otros signos como el enrojecimiento o la inflamación, puede alertar a los padres y cuidadores sobre la necesidad de buscar atención médica especializada.

Los síntomas de la enfermedad de Coats pueden variar, estos son algunos de los más comunes:

  • Visión reducida o borrosa: Los niños pueden experimentar dificultad para ver objetos cercanos o lejanos.
  • Ojo blanco anormalmente grande: Debido a la dilatación de los vasos sanguíneos en la retina, el ojo afectado puede parecer más grande de lo normal.
  •  Reflejo pupilar blanco o amarillo: Cuando la luz incide en el ojo afectado, puede reflejar colores inusuales debido a la acumulación de líquido detrás de la retina.

Si notas alguno de estos síntomas en tu hijo, es crucial buscar atención médica especializada de inmediato.

Diagnóstico y evaluación de la enfermedad de Coats

El diagnóstico de la enfermedad de Coats es crucial para iniciar un tratamiento efectivo y preservar la visión del paciente. Este proceso comienza con un examen ocular exhaustivo realizado por un oftalmólogo pediátrico u otro especialista en ojos. Aquí te explicamos en detalle cómo se lleva a cabo este diagnóstico:

  • Examen visual completo

El primer paso en el diagnóstico de la enfermedad de Coats es un examen detallado del ojo del paciente. Este examen puede incluir:

- Historia clínica

- Exámen de agudeza visual

- Evaluación de la estructura ocular

  • Dilatación de la pupila

Para obtener una visualización completa de la retina, el oftalmólogo puede optar por dilatar la pupila del paciente utilizando gotas oftálmicas especiales. Esta dilatación permite examinar con detalle la parte posterior del ojo, incluidos los vasos sanguíneos de la retina, donde se producen los cambios característicos de la enfermedad de Coats.

  • Angiografía con fluoresceína

La angiografía con fluoresceína es una prueba crucial para el diagnóstico de la enfermedad de Coats. En este procedimiento, se inyecta un tinte especial llamado fluoresceína en una vena del brazo del paciente. Esta sustancia viaja a través del torrente sanguíneo y llega a los vasos sanguíneos de la retina. Luego, se toman fotografías de la retina con una cámara especial que puede capturar la fluorescencia emitida por el tinte.

La fluoresceína ilumina los vasos sanguíneos anómalos en la retina, permitiendo al oftalmólogo identificar cualquier área donde los vasos estén dilatados, tortuosos o con fugas de líquido. Estos cambios son característicos de la enfermedad de Coats y pueden ayudar a determinar la extensión y la gravedad de la condición.

  • Tomografía de coherencia óptica (OCT)

La tomografía de coherencia óptica es una técnica avanzada que proporciona imágenes transversales en alta resolución de las estructuras de la retina. 

Durante este procedimiento, se realiza una evaluación detallada de la retina, con un proceso sencillo en el que el paciente coloca su barbilla en un soporte y se escanea el ojo con un haz de luz de baja intensidad. Este escaneo produce imágenes detalladas de las capas de la retina, permitiendo al oftalmólogo evaluar la morfología y la integridad de las estructuras retinianas afectadas por la enfermedad de Coats.

La OCT ayuda a determinar la extensión del daño causado por la enfermedad, proporcionando información crucial para planificar el tratamiento y monitorear la respuesta al mismo a lo largo del tiempo.

Tratamiento y manejo de la enfermedad de Coats

El tratamiento de la enfermedad de Coats en niño varía según la gravedad y el estado de la enfermedad en cada paciente. Las opciones pueden incluir técnicas para sellar o eliminar los vasos sanguíneos anómalos, como la terapia con láser o la crioterapia (tratamiento con frío), y en algunos casos puede ser necesario administrar inyecciones de medicamentos directamente en el ojo afectado para reducir la inflamación o prevenir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.

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La edad del niño, la gravedad de la enfermedad y la presencia de complicaciones son factores que determinan el tratamiento a usar. Las opciones más comunes son:

  • Crioterapia: Consiste en usar frío extremo para destruir los vasos sanguíneos anormales.
  • Terapia con láser: Enfocado en sellar o destruir los vasos sanguíneos anómalos.
  • Inyecciones intravítreas: Se administran medicamentos directamente en el ojo afectado para reducir la inflamación o el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.

En casos más avanzados, puede ser necesario considerar la cirugía para tratar las complicaciones como el desprendimiento de retina.

El cuidado de un niño con enfermedad de Coats incluye visitas regulares al oftalmólogo para monitorear la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario. Es fundamental que los padres y cuidadores busquen apoyo emocional tanto para ellos como para el niño, ya que lidiar con una condición médica crónica puede ser estresante.

Con los recientes avances en la investigación médica y la tecnología, se están desarrollando nuevas terapias y tratamientos para mejorar el manejo y los resultados de la enfermedad de Coats. 

Mantenerse informado sobre los avances en la oftalmología puede ofrecer esperanza a las familias afectadas, con opciones de tratamiento aún más efectivas y menos invasivas.

Finalmente, es importante entender que la enfermedad de Coats es una condición ocular rara pero significativa que puede afectar la calidad de vida de los niños si no se detecta y trata a tiempo. Con la atención médica adecuada, el apoyo emocional y los recursos disponibles, es posible gestionar esta enfermedad de manera efectiva y proporcionar a los niños afectados las mejores oportunidades para una visión saludable y un desarrollo normal.

Si sospechas que tu hijo podría estar mostrando signos de la enfermedad de Coats, no dudes en buscar la evaluación de un especialista en oftalmología pediátrica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Recuerda, el conocimiento y la acción temprana son clave en el manejo de cualquier enfermedad ocular. Con el cuidado adecuado y el apoyo adecuado, puedes ayudar a tu hijo a enfrentar los desafíos de esta enfermedad.