En las últimas décadas la ciencia y la tecnología traen avances a gran velocidad. En menos de 30 años pasamos de ver televisión en una relación de aspecto 4:3 (Televisión estándar) a 16:9 (Televisión HD – Alta Definición) y luego Full HD, en la misma relación de aspecto 16:9 pero con mayor cantidad de pixeles, avance que permitió que la imagen fuera mucho más nítida, pues entre más píxeles (cantidad de cuadros de colores que tiene la pantalla) mejor resolución y calidad de la imagen.
Pero los amantes de la tecnología no paran de crear, después del Full HD vino el Ultra HD o 4K, y con él las pantallas curvas. Este último avance de la televisión, en el que la empresa Samsung es pionera, contribuye, según expertos, a la salud visual de los usuarios.
La tecnología Ultra HD cuenta con 3.840 x 2.160 píxeles, en proporción es la misma calidad de imagen que ofrecen las pantallas de cine, cuatro veces superior a la que ofrecen las pantallas Full HD existentes, esto brinda a los televidentes una imagen mucho más clara y cercana a la realidad, reduciendo el esfuerzo visual que realizan los ojos para percibir aspectos como color, nitidez, enfoque y definición de formas, entre otros.
Además, la combinación de la calidad de la imagen UFHD, ofrecida por la cantidad de pixeles, con las pantallas curvas, que tienen un radio de 422 mm, reducen la fatiga ocular debido a que permiten una experiencia televisiva aún más realista, proponiendo una visualización de la imagen desde más ángulos, como lo hace la vista humana.
Esto evita la distorsión trapezoidal (efecto que altera las proporciones de la imagen convirtiéndola en forma de trapezoide y haciendo que los ojos se esfuercen para procesar la imagen como un rectángulo, evitando una perspectiva fuera de su naturalidad). La corrección de esta distorsión reduce también las reflexiones de luz ambiental percibidas por los ojos, lo que implica menor esfuerzo y menor cansancio de los ojos para percibir la imagen.