Algunos científicos han encontrado a lo largo de los años que los ojos de los insectos y algunas criaturas marinas tienen un mayor desarrollo que los de los humanos, demostrando una maravillosa evolución.
Muchos han sido los esfuerzos por crear réplicas artificiales de las estructuras animales, desafortunadamente solo se ha logrado una aproximación muy modesta, lo que ha exigido algunas técnica de fabricación más detallas.
El equipo de Francesca Serra de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia se ha dado a la tarea de demostrar cómo, empleando ciertos cristales líquidos es posible la creación de lentes con compuestos similares a los que se encuentran en la naturaleza. Aprovechando la geometría en la que estos cristales líquidos tienden a configurarse por sí solos, los investigadores han logrado dar forma a lentes compuestas con tamaños controlables.
Este desarrollo produce un grupo de imágenes con diferentes longitudes focales que permite capturar formas tridimensionales, también cuentan con una alta sensibilidad a la polarización de la luz, una cualidad que en el reino animal se cree que ayuda a las abejas y otros insectos a orientarse mientras vuelan.
La lente compuesta trabaja como un conjunto de microlentes separadas. Para demostrar este avance se realizaron una serie de experimentos:
Estos lentes constituyen una oportunidad para mejorar la visión de las personas que poseen algún defecto refractivo. Conoce más de estos lentes aquí: https://goo.gl/4h3xCu