La exposición a luces intensas, como las de los alumbrados navideños, puede provocar alteraciones temporales e incluso daños en las células de la retina. Las luces LED modernas, aunque eficientes, emiten una cantidad considerable de luz azul, que en exceso resulta perjudicial para la salud ocular.
Mirar directamente fuentes de luz muy intensas puede generar deslumbramiento, fatiga ocular y, en casos extremos, lesiones fotoquímicas permanentes. Por eso es fundamental entender los riesgos y adoptar medidas de prevención especialmente durante temporadas donde la exposición a la iluminación decorativa es frecuente.
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Después de exponerse a luces navideñas muy brillantes o a fuentes de luz directa, algunas personas pueden experimentar visión borrosa, sensación de ardor, lagrimeo excesivo y dificultad para enfocar.
Otros síntomas incluyen dolor de cabeza, aumento de la sensibilidad a la luz (fotofobia) y, en situaciones más graves, aparición de manchas o destellos en el campo visual. Estos signos indican que los ojos están sobre exigidos y necesitan descanso y protección.
Durante la temporada navideña es común disfrutar de recorridos nocturnos para observar alumbrados, tomar fotografías o participar en eventos al aire libre, lo que incrementa el tiempo de exposición a luces artificiales intensas.
El uso de dispositivos móviles para capturar imágenes o videos de las luces, así como la proximidad a instalaciones de iluminación de gran potencia, también eleva el riesgo de fatiga y daño ocular si no se toman precauciones.
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Evita mirar directamente las luces más intensas y mantén una distancia prudente de las fuentes luminosas. Si vas a tomar fotos, procura no utilizar el flash en espacios donde haya muchas luces decorativas para reducir el impacto visual.
Haz pausas frecuentes durante los recorridos, parpadea con regularidad para mantener la lubricación ocular y utiliza gafas con filtro de luz azul si eres especialmente sensible. Además, limita el tiempo de exposición y prioriza ambientes bien iluminados para evitar el contraste excesivo entre luz y oscuridad.
Lleva contigo lágrimas artificiales si tienes tendencia a la resequedad ocular y mantente hidratado. Si usas lentes de contacto, sigue las recomendaciones de tu oftalmólogo sobre el tiempo de uso y la higiene.
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Si después de la exposición a luces brillantes experimentas síntomas persistentes como visión borrosa, dolor ocular, enrojecimiento o aparición de manchas en tu campo visual, es fundamental acudir a una consulta con un especialista en oftalmología.
No ignores molestias visuales recurrentes o cambios súbitos en la visión, ya que podrían indicar lesiones oculares que requieren evaluación y tratamiento oportuno. En Clínica Clofán, contamos con profesionales capacitados y tecnología avanzada para el diagnóstico y manejo de afecciones asociadas a la exposición lumínica.
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