Para nadie es un secreto que durante el embarazo las mujeres presentan una serie de cambios hormonales que pueden afectar desde su cuerpo hasta sus emociones. Uno de los cambios que pueden presentar son algunos problemas visuales que aunque no se presenten en todos los casos, es importante que estén preparadas para saber llevarlos de la mejor forma posible.
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También es fundamental saber manejar los cambios transitorios para así poder tratar mejor algunas enfermedades oculares en la mujer embarazada.
Algunos problemas visuales durante esta etapa se deben a 3 tipos de cambios oculares:
Cambios oculares fisiológicos: Se deben al embarazo pero no son patológicos y no se consideran enfermedad.
Cambios oculares patológicos: son inducidos por el embarazo y causan enfermedad.
Agravamiento de enfermedad ocular previa: algunas patologías como la retinopatía diabética, tumores y alteraciones inmunológicas se modifican durante el embarazo.
Cambios de refracción y acomodación: Estos se generan debido a la retención de líquidos propios del embarazo. La córnea y el cristalino aumentan de grosor y esto puede producir cambios en la refracción como miopía, la cual se quita aproximadamente 6 semanas después del parto. Por esta razón no recomendamos hacer gafas ni lentes de contacto durante el embarazo ya que la prescripción habría que modificarla unas semanas después del parto.
La presión intraocular disminuye: Sucede principalmente en la segunda mitad del embarazo y continúa dos meses después del parto. Esto se debe a que hay una mayor facilidad de drenaje a través de la vía uveo-escleral por el descenso de la presión venosa epiescleral, lo cual causa algunos problemas visuales.
Hipermelanosis palpebral, cloasma o angiomas en araña: Se presentan en la cara y los párpados. Estas manchas se deben a los niveles altos de estrógenos.
Gránulos en las venas subconjuntivales: En algunos casos aparecen en la conjuntiva.
Cambios corneales: A partir del cuarto mes puede haber disminución de la sensibilidad corneal o aumento del grosor corneal debido a la retención de líquido lo cual influye en la refracción. Estos problemas visuales desaparecerán unos meses después del parto.
Huso de Krukemberg: Es una línea longitudinal en el centro de la capa más interna de la córnea (endotelio) que indica que el pigmento del iris se ha dispersado.
Alteraciones de la película lagrimal: Hay una deficiencia en su producción debido a los cambios hormonales. Puede causar resequedad ocular que mejora con lágrimas naturales.
Algunas alteraciones patológicas en el embarazo son:
Coriorretinopatía serosa central: Se retiene líquido en la parte central de la retina (fóvea). La embarazada ve borroso o ve una mancha en el centro de su visión.
Melanoma uveal: Debido al cambio hormonal tiende a aumentar la pigmentación en ciertas partes del cuerpo. El melanoma uveal es una lesión cancerígena que se da en la coroides y se puede presentar durante el embarazo.
Preeclampsia y eclampsia: Estas dos afectaciones durante el embarazo, pueden dañar la retina, la coroides y el nervio del ojo. Entre el 20 al 50 % de mujeres embarazadas con estas molestias pueden tener visión doble, disminución de la visión o ver manchas oscuras.
Retinopatía de la toxemia: Son cambios en la retina a causa de la hipertensión. Se presentan espasmos y estrechamiento de las arterias pequeñas. Este es uno de los problemas visuales de más cuidado ya que si se asevera se recomienda la inducción del parto pues está relacionada con insuficiencia placentaria. También se pueden presentar manchas de ELsching o desprendimiento de retina por toxemia.
Ptosis: Es la caída del párpado superior, su causa es desconocida y es reversible después del parto.
Te recomendamos: ¿Cómo detectar un problema visual y saber que es el momento de visitar al oftalmólogo?
Los fisiológicos no se pueden prevenir pero tampoco traen secuelas, mientras que los patológicos o los que se agravan por enfermedad ocular previa, se pueden prevenir asistiendo a los controles prenatales programados para verificar que la presión arterial y la glucemia estén normales.
Recomendamos tener hábitos saludables como una alimentación balanceada y actividad física moderada para prevenir estos problemas visuales.
Estos son los principales síntomas oculares durante la gestación:
Irritación y fatiga ocular
Sequedad ocular, sensación de picor o lagrimeo frecuente
Cambios o disminución en la visión
Poca tolerancia a los lentes de contacto
Visión borrosa y/o doble
Mayor sensibilidad a la luz
Manchas o “moscas” flotantes
Edema ocular o en los párpados
Dolor de cabeza
Ante la aparición de alguno de estos cambios, lo mejor que puedes hacer es consultar con tu ginecólogo y oftalmólogo, además de mantener tus revisiones oftalmológicas habituales.
Aplícate lágrimas artificiales, sobre todo si usas lentes de contacto. La administración de estas debe ser consultada con tu oftalmólogo
Aliméntate bien, duerme lo suficiente y cierra los ojos durante varios minutos al día para darles un descanso
Utiliza gafas de sol adecuadas, de ser posible que incluyan protección lateral
Aprovecha las horas de luz para realizar las actividades que requieran esfuerzo visual y evita hacerlas con baja iluminación
Evita deslumbramientos de luz y situaciones de escasez de la misma
Si sufres modificaciones transitorias de la graduación, debes acudir al especialista para que te prescriba un cambio en la corrección óptica durante el embarazo
Si tenías planeado hacerte la cirugía refractiva, postérgala para después del parto. Este tipo de intervenciones no son recomendables durante el embarazo
Ten en cuenta que las mujeres diabéticas en estado de embarazo necesitan una atención especial, ya que esta combinación aumenta el riesgo de desarrollar problemas visuales como la retinopatía diabética, y más aún si ya tienen una miopía elevada, ya que en este caso hay mayor predisposición a sufrir un desprendimiento de retina. En estos casos, el seguimiento de tu salud ocular durante el embarazo por parte del oftalmólogo es indispensable.