Si nunca has tenido problemas oculares, probablemente no estés prestando suficiente atención a tus ojos. Actualmente, la cuarta parte de la población mundial enfrenta dificultades para ver con nitidez, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); y la razón es sencilla: estamos sobreexpuestos a factores que pueden afectar drásticamente la vista. Desde pasar muchas horas frente dispositivos digitales hasta ignorar los exámenes oculares regulares, tan necesarios para la buena salud ocular.
La buena noticia es que las pequeñas medidas saludables, como usar lentes especiales, hacer exámenes oftalmológicos regulares y practicar otros hábitos saludables para los ojos, pueden ser claves para la prevención de problemas oculares comunes e incluso aquellos de mayor dificultad.
¿Quieres tomar acción de inmediato? Checa esta guía definitiva de protección ocular.
No sentir molestias hoy no significa que estés libre de sufrirlas mañana. Comienza a tomar medidas preventivas para evitar riesgos innecesarios en la visión, como el ejercicio moderado o una dieta rica en antioxidantes y Omega 3.
Sin embargo, ningún método de prevención de problemas oculares está completo sin un examen oftalmológico a manos de un especialista con experiencia. Este permitirá detectar enfermedades en la vista que pueden progresar sin presentar síntomas, así como identificar la aparición o el aumento de defectos de refracción u otros problemas visuales.
Además de las revisiones periódicas y los hábitos saludables para los ojos, es importante conocer los síntomas que suelen acompañar a ciertas enfermedades visuales y consultar un oftalmólogo si los experimentas.
La frecuencia con la que debes realizarte estos exámenes dependerá de varios factores, como tu edad, estado de salud general, antecedentes personales y/o familiares de enfermedades oculares, así como de tus necesidades visuales.
El Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) recomienda revisiones:
Algunas enfermedades oculares pueden tener un componente hereditario, como las cataratas, la degeneración macular o el glaucoma, por lo que es importante saber si algún miembro de tu familia las ha padecido. Con esta información, sabrás si tienes un mayor riesgo de desarrollar alguna de esas condiciones y buscar a tiempo ayuda médica.
Si conoces los factores de riesgo que pueden perjudicar tu vista, tendrás la posibilidad de reducirlos mediante cambios en tu estilo de vida. Entre ellos: el consumo de alcohol, la alimentación, la exposición al sol, la presión arterial, actividad física y más.
Los niveles altos de exposición a la luz ultravioleta (UV) son riesgos conocidos para diversas enfermedades en los ojos, como cataratas, degeneración macular y cáncer. Por eso, se recomienda el uso de lentes de sol que bloqueen del 99 a 100 % los rayos UV-A y UV -B. Solo así se logrará una completa prevención de problemas oculares.
La salud ocular también implica el consumo de vitaminas y nutrientes a través de una dieta equilibrada. A cambio, mantienes tus ojos siempre hidratados y protegidos de infecciones.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda:
Además, es importante controlar la presión arterial, mantener niveles saludables de colesterol y cuidar el peso corporal. Este último puede incrementar el riesgo de desarrollar glaucoma o la enfermedad ocular diabética.
Una buena higiene debe ser parte de tus hábitos saludables para los ojos, especialmente si usas lentes de contacto. Las medidas recomendadas incluyen el lavado de manos antes de tocar las lentillas, no usar agua del grifo para limpiarlas, asear semanalmente el estuche de guardado y jamás compartirlas, ya que los gérmenes podrían causar infecciones en tu vista.
También se aconseja mantener los ojos hidratados para una buena higiene ocular diaria. Si experimentas fatiga o sequedad en los ojos, las lágrimas artificiales pueden ser de gran ayuda para refrescarlos e hidratarlos.
En algunos casos, los lentes graduados serán la única forma de prevención de problemas oculares o de detener su avance, como la miopía, hipermetropía, astigmatismos, visión borrosa o fatiga visual. Con ellos, se mejora la claridad y nitidez de tu visión, reduciendo el esfuerzo ocular y la fatiga visual.
Si los necesitas, los oftalmólogos mantendrán un historial clínico de cada revisión, siguiendo tu evolución a largo plazo. De esta forma, sabrán si tu receta debe ser cambiada o cuál filtro aplicar para mejorar tu vista.
Si todavía no fumas, no empieces nunca. Está demostrado que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) en comparación con las personas que dejaron de hacerlo o que son fumadores pasivos.
Además, fumar también se ha relacionado con otros problemas oculares, como la retinopatía diabética (problemas con los vasos sanguíneos en el ojo), el síndrome del ojo seco y el glaucoma (que daña el nervio óptico y puede llevar a la ceguera).
Incluso el humo del cigarrillo también puede causar la formación de cataratas y hacer que el ojo pierda humedad. Con el tiempo, puedes sentirlos irritados hasta llegar a escocer.
Si no quieres que tus ojos envejezcan aceleradamente, reduce el tiempo que duras frente a dispositivos electrónicos. La luz ultravioleta que brota de sus pantallas causan ojo seco, impidiendo que las glándulas lagrimales mantengan los ojos lubricados.
Asegúrate de tener el televisor de tu casa a dos metros de distancia como mínimo; y si trabajas de forma remota o en línea, incluye las siguientes recomendaciones entre tus hábitos saludables para los ojos.
No esperes a tener síntomas para cuidar tu visión. En Clofán tenemos un equipo de profesionales altamente calificados para seguir, diagnosticar y tratar problemas oculares comunes o complejos.
Manejamos tecnología de vanguardia y ofrecemos la mejor atención, seguimiento y compañía para corregir tu problema de forma rápida y sencilla.
¡No dejes pasar más tiempo! Agenda una cita aquí.