La automedicación también aplica para los ojos y debemos evitarla. Diariamente, diversos factores ambientales hacen enrojecer nuestros ojos y a menudo nos aplicamos gotas que no solucionan el problema.
Las gotas para los ojos son una “solución parche”, que provoca dependencia y el famoso efecto rebote: el efecto regresa y muchas veces peor que antes. También es importante recordar que existen gotas que provocan reacciones alérgicas en algunas personas, generando un nuevo problema en los ojos.
La mayoría de las gotas contienen un compuesto llamado nafazolina, un vasoconstrictor que si es usado más de dos veces al día provoca un enrojecimiento mayor, ardor y venas inflamadas. Otras gotas contienen compuestos similares a los esteroides, como la dexametasona, que usada sin receta puede llevar a un aumento de la presión intraocular y, por lo tanto, a un glaucoma.
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, determinó que cerca del 10 por ciento de los pacientes con glaucoma secundario desarrolló esta enfermedad debido al uso crónico de ciertos tipos de gotas para tratar los ojos rojos.
“Lamentablemente, este tipo de gotas oftálmicas se pueden comprar sin necesidad de una receta médica y aunque cualquier oftalmólogo preparado conoce los riesgos, esto no pasa con muchas personas que se las autoprescriben y las usan cotidianamente pensando que son inocuas”, advierte Fernando Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.