La anisocoria es una condición ocular que hace que las pupilas se vean de diferente tamaño, ya sea por contracción (miosis) o dilatación (midriasis). La pupila es un orificio ubicado en el centro del iris que se observa como un círculo de color negro.
La pupila se agranda en condiciones de poca luz y se hace más pequeña cuando hay mucha. Gracias a ella la luz puede atravesar el ojo y llegar a la retina, de esta manera, podemos ver.
La anisocoria puede ser netamente fisiológica y no generar problemas o ser síntoma de alguna enfermedad. Cuando es fisiológica se caracteriza únicamente por la variación en el tamaño de las pupilas. Dicha variación no es significativa entre un ojo y otro.
Cuando la anisocoria no es fisiológica, puede ser síntoma de alguna enfermedad ocular, cerebral, vascular o neurológica. Por ejemplo, el Síndrome de Horner que puede ser ocasionado por accidentes cerebrovasculares, tumores o lesiones en la médula espinal. Su principal característica es la parálisis de un lado de la cara.
Es importante que, si notas alguno de estos síntomas con dolores de cabeza o fiebre, visites al oftalmólogo lo más pronto posible.
Como te contamos, la anisocoria puede ser simplemente fisiológica o puede ser síntoma de alguna enfermedad. El oftalmólogo puede determinar lo anterior mediante un examen ocular.
En caso de que la anisocoria no sea fisiológica y esté acompañada de otros síntomas, el profesional te ordenará exámenes más exhaustivos. También te recomendará citas de control posterior para determinar la posible causa y el manejo de esta condición.