Lo primero que debemos decir es que la salud ocular de tus hijos depende casi en un 100 % de los adultos que los rodean, especialmente de los padres y del pediatra. Saber cuándo llevar a los niños al oftalmólogo por primera vez, es clave porque de esa visita dependerá que los problemas oculares del pequeño sean diagnosticados a tiempo y así darles un tratamiento adecuado en el momento preciso, en los casos que lo requieran.
En ocasiones resulta difícil saber cuándo es el momento correcto para llevarlos, pero antes que nada debes saber que los primeros años de vida representan el período crítico de desarrollo visual.
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Cuando tus hijos están pequeños es cuando las áreas visuales del cerebro se están desarrollando rápidamente estimuladas por la impresión de imágenes claras sobre la retina. Por tal motivo, es importante saber el momento idóneo para hacer un seguimiento de la visión y cuándo llevar a los niños al oftalmólogo con el fin de prevenir deficiencias prematuras o al menos comenzar a tratarlas.
Debes saber que no hay una edad específica para ello, sin embargo por lo general se recomienda que sea mínimo a los 4 años de edad, a menos que antes de eso tú o tu pediatra hayan detectado algo extraño en sus ojos. Recuerda que por lo general, el primero en detectar cualquier anomalía ocular es el pediatra, ya que en los primeros controles de tu bebé, realiza un examen denominado 'rojo pupilar'.
También es muy importante que tengas en cuenta que la estimulación en el desarrollo visual de los bebés es clave, hay muchos ejercicios y técnicas que puedes aplicar para mejorar su campo visual y evitar posibles fallas a futuro.
Algunos factores que te pueden indicar si debes llevar los niños al oftalmólogo son los siguientes:
Si el niño desvía los ojos.
Si tiene problemas en visión próxima: se acerca al papel al leer o escribir.
Si tiene problemas en visión lejana: para ver la pizarra o la TV.
Dolores de cabeza tras esfuerzo visual.
Ojos rojos y lagrimeo constante.
Reflejo pupilar blanquecino.
Movimientos erráticos de los ojos.
Diferente visión entre un ojo y otro.
Antecedentes familiares de miopía, hipermetropía, astigmatismo u otras enfermedades oculares.
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Otros casos en que debes llevar a los niños al oftalmólogo antes de los 4 años es cuando hay antecedentes familiares de algunos defectos de refracción tales como la miopía, hipermetropía o astigmatismo. Si tu bebé aún no habla, bastará con una consulta de 45 minutos para saber si tiene o no un defecto de este tipo.
Si tu bebé nació prematuro, también lo debes llevar a consulta desde los primeros días de vida, pues muchas veces pueden presentar retinopatía del prematuro, o corren el riesgo de desarrollar estrabismo, miopía, astigmatismo u otras patologías oculares. Los niños con Síndrome de Down, también son propensos a desarrollar alguna de las patologías mencionadas, así que no dudes en llevarlo a revisiones periódicas.
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