Comenzar la quimio o la radioterapia marca el inicio de una etapa desafiante. Estos tratamientos, al mismo tiempo que son altamente efectivos para la recuperación luego de un diagnóstico de cáncer, también son invasivos y suelen traer consigo efectos secundarios ante los cuales podemos tomar medidas. El objetivo siempre será que la calidad de vida no se vea resentida. Una precaución necesaria es el cuidado visual en pacientes oncológicos. ¿Es cierto que nuestros ojos pueden sufrir durante el proceso de medicación? ¿Cómo protegerlos? Toma nota.
Impacto de los tratamientos oncológicos en la salud visual. ¿Qué puede pasarle a mis ojos durante la quimio?
Los ojos y todos sus órganos circundantes constituyen una de las partes más sensibles del cuerpo humano. Por eso, no es sorpresa que cuando ocurre un cambio significativo en nuestro organismo, ya sea el embarazo, una enfermedad de alto riesgo como el cáncer o un tratamiento altamente invasivo como la quimioterapia o la radioterapia, este conjunto de estructuras se vean afectadas.
En el caso específico del cuidado visual en pacientes oncológicos, es importante dejar claro que debe tenerse como una preocupación de primer orden, ya sea que el cáncer en tratamiento sea directamente en el área, por ejemplo, un melanoma ocular, que tendrá como consecuencia complicaciones visuales directas; o en otra región del sistema nervioso o en general en cualquier órgano del cuerpo, que puede generar complicaciones indirectas. Esto es independiente a que los tumores sean primarios o metastásicos.
Entre los efectos secundarios más comunes de los tratamientos oncológicos en la salud visual, podemos mencionar:
- Síndrome del ojo seco: la quimioterapia puede afectar la producción natural de lágrimas, lo cual ocasionará resequedad, picor, enrojecimiento, entre otros.
- Fotofobia: es decir, sensibilidad extrema a la luz. Esto se debe a la inflamación que causan algunos agentes quimioterapéuticos.
- Problemas cutáneos en la piel del contorno de ojos: por ejemplo, resequedad en párpados y pérdida temporal de cejas y pestañas (lo cual deja al ojo desprotegido ante agentes extraños).
- Cataratas: este es uno de los efectos secundarios de la quimioterapia más graves, pero también de los menos comunes. Se presenta por la acción de algunos agentes quimioterapéuticos.
Conjuntivitis, ojos llorosos, visión borrosa y/o doble son otros efectos secundarios que pueden aparecer.
Es importante tener presente que no todos estos efectos secundarios se presentan en todos los casos. Incluso, si estás en tratamiento oncológico o a punto de comenzarlo, debes saber que quizá no llegues a sufrir de ninguna de estas condiciones. Todo depende de la respuesta de tu cuerpo, que es único, al tratamiento.
Cuidado visual en pacientes oncológicos: 4 consejos prácticos y accesibles para mejorar la calidad de vida
Ante el riesgo de sufrir estos u otros efectos secundarios y sus respectivas incomodidades, ¿qué hacer? A continuación te presentamos algunas soluciones tangibles y accesibles para preservar la salud visual en tiempos desafiantes, tomando en cuenta un enfoque preventivo.
1.- Hidratación adecuada de los ojos
En pro de evitar y/o contrarrestar el síndrome de ojo seco, la irritación, el enrojecimiento y la resequedad durante el tratamiento oncológico, es una buena estrategia usar lágrimas artificiales con lípidos y con ácido hialurónico, también higienizar con toallitas estériles y consultar con tu médico si es oportuno que te prescriba alguna pomada o crema.
Esto mantendrá hidratado el globo ocular, evitando el agravamiento de la condición, lo cual contribuirá a una mejor calidad de vida del paciente, quien no sufrirá de molestias asociadas a esta condición en particular.
2.- Uso de gafas de sol para protección contra UV
Esto ayudará a la sensibilidad extrema a la luz, presente en muchos pacientes oncológicos, y también a darle cuidados adicionales tanto al globo ocular como a la piel del contorno de ojos, que de por sí es la piel más fina y delicada de todo el cuerpo y durante la quimio y radio está en un momento de especial hipersensibilidad.
Es importante usarlos no solo cuando el paciente se expone directamente al sol o en las horas de mayor intensidad, sino siempre que se salga al aire libre en horas diurnas. Los rayos UV siempre están presentes. Y, esto es vital, asegúrate que los lentes de sol que compres efectivamente estén equipados con protección integral.
3.- Importancia de una dieta rica en nutrientes para la salud visual
Este consejo no solo va orientado a cuidar tu vista. Los pacientes oncológicos tienen que mantener un estricto régimen de alimentación donde la nutrición integral sea la clave. Allí, comenzamos por evitar los ultraprocesados, el azúcar refinada, las grasas trans y, naturalmente, el alcohol y el tabaco.
Ahora sí, poniendo el acento en cuidado visual en pacientes oncológicos, si es tu caso, busca consumir alimentos ricos en vitaminas del complejo B (legumbres, cereales integrales), vitamina E (nueces, semillas), vitamina A (zanahoria, hígado, espinaca) y vitamina C (cítricos).
Control regular con un oftalmólogo
Sea que ya el paciente tenga una condición de la vista prediagnosticada antes de comenzar con el tratamiento oncológico, o sea que solo busca prevenir complicaciones que podrían surgir como efectos secundarios del tratamiento, es recomendable que se establezca una rutina de visitas al consultorio oftalmológico mientras se está en quimio o radioterapia.
Esto evitará cualquier tipo de patología asociada, ya sea simplemente el ojo seco o casos más graves como las cataratas. Al establecer un tratamiento preventivo y/o lograr un diagnóstico lo más prematuro posible, se evitarán molestias o complicaciones.
Además, y muy importante, de esta manera se podrá garantizar que durante la etapa intensamente desafiante del tratamiento oncológico, el paciente pueda disfrutar de una visión óptima.
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