El glaucoma es una enfermedad que produce un daño irreversible del nervio óptico y altera el campo visual. Es la presión intraocular alta donde se va perdiendo progresivamente la visión periférica. Normalmente el interior del ojo contiene el humor acuoso que permanentemente se produce y se absorbe manteniendo su presión en equilibrio. En la mayoría de los casos de glaucoma, este líquido drena muy lentamente.
Mientras el líquido se acumula, la presión ocular se incrementa. Si no se controla esta presión puede dañar el nervio óptico y otras partes del ojo, lo cual puede ocasionar la pérdida de la visión. El objetivo del procedimiento quirúrgico de glaucoma es tratar de preservar la visión del paciente mejorando la actual.
¿Cómo se diagnostica el glaucoma?
La forma más precisa de diagnosticar la enfermedad es mediante exámenes oculares periódicos por el oftalmólogo en pacientes con factores de riesgo o síntomas asociados a la enfermedad. Algunos de los exámenes que su oftalmólogo debe hacer, son:
¿Quiénes tienen mayor riesgo de tener glaucoma?
Cualquier persona a cualquier edad puede sufrir glaucoma. Otros factores de riesgo son:
Si usted tiene factores de riesgo que puedan generar glaucoma debe asistir a la cita con su oftalmólogo para definir el control a seguir.
Tratamiento indicado
Dentro del estado de la enfermedad, el glaucoma puede ser tratado con medicación en gotas, láser, cirugía o una combinación de estos métodos. El fin es controlar y evitar su progreso ya que la pérdida de la visión es irreversible y no tiene cura.
El objetivo de realizar tratamiento con medicamentos es mantener bajo control la presión intraocular y preservar el campo visual.
Recomendaciones
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