Los ojos lloran y ríen, delatan si estamos tranquilos o inquietos, si tenemos miedo o estamos ilusionados… Son, dicen, el espejo del alma, pero también son el reflejo del cuerpo, que habla a través de ellos. Un motivo más para incluir la visita al oftalmólogo en nuestra agenda de salud.
Afecciones vasculares o endocrinas, tumores cerebrales, infecciones… Tus ojos son como un libro abierto. Una simple exploración podría diagnosticar algunas enfermedades de forma precoz.
La exploración del fondo de ojo es una ventana al interior del cuerpo humano. Nos permite verlo y valorar su estado sin necesidad de realizar incisión alguna y sin tener que hacer pruebas más agresivas.
Son varios los estudios que demuestran cómo nuestros ojos, si se exploran adecuadamente, arrojan valiosa información para la detección precoz de determinadas dolencias. Estudiando el globo ocular podemos observar la vascularización retiniana y deducir, por ejemplo, que los vasos de un calibre similar localizados en otros órganos –como el riñón o el cerebro–, estarán dañados de una forma semejante.
El hecho de poder establecer un diagnóstico precoz supone un beneficio considerable para el paciente, ya que es evidente que, cuanto antes se detecte, más eficaces serán los tratamientos. Teniendo en cuenta que muchas de esas enfermedades no presentan síntomas en sus primeras fases, la exploración del ojo se convierte en algo vital.
En una revisión normal, el especialista nos someterá en primer lugar a una exploración básica en la que tratará de detectar problemas refractivos como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Después, y mediante unas pruebas sencillas y que toleraremos bien, nos tomará la tensión ocular y realizará una exploración del fondo de ojo u oftalmoscopia, además de observar el segmento anterior del globo ocular, mediante una lámpara de hendidura, y el segmento posterior. “En algunos casos, se debe completar el estudio con otro tipo de pruebas como la campimetría visual, la topografía corneal, la tomografía de coherencia óptica, la ecografía ocular, autofluorescencia, potenciales evocados visuales, electrorretinogramas.