Las gafas están presentes en tu día a día. Sin embargo, su surgimiento no fue espontáneo. Como la mayoría de elementos creados respondió a una necesidad y su diseño ha variado con el tiempo y se ha ajustado a las épocas y al contexto.
Los primeros lentes registrados en la historia aparecieron en la Antigua Roma. El emperador romano Nerón, sufría de miopía y contemplaba las peleas de gladiadores a través de una esmeralda moldeada en forma de luna cóncava.
Luego, en la Edad Media surgen las denominadas “piedras de lectura”, las antecesoras de las lupas y de las gafas correctivas.
En 1249 por primera vez la medicina y la ciencia relacionan las piedras y los lentes con el objetivo de mejorar la visión. En este campo el fraile inglés Rober Bacon es considerado el padre de las gafas, tras empezar a tallar los primeros lentes con esta finalidad.
La primera gran evolución de las gafas surgió en el siglo XV. En este año el erudito Nicolás de Cusa propuso el uso de lentes cóncavas más delgadas en el centro que en los laterales. Esto, con el fin de poder ver mejor de lejos. Además, hoy en día hay registros que confirman que el Papa León X usó estas gafas primerizas.
Es hasta principios del siglo XVIII y la Edad Moderna que aparecen las primeras “monturas”. Estas tenían una especie de varillas para sujetar los lentes y es así como llegamos a las gafas modernas. En un principio se sujetaban con el puente de la nariz ya que tenían forma de V, pero a finales del siglo las varillas se empiezan a sujetar detrás de las orejas. De esta forma, se empezó a mejorar considerablemente la miopía e hipermetropía de las personas, aunque el precio limitaba su uso.
Monóculos
Los monóculos eran utilizados para corregir la visión en un solo ojo. Se usaron en el siglo XVIII y en el siglo XIX se empezaron a utilizar como parte del vestuario.
Impertinentes
Los impertinentes fueron unos tipos de lentes muy utilizados en el siglo XVIII.
Su nombre se utiliza para denominar a los lentes que, en lugar de sostenerse en las orejas, tienen un mango lateral para ponerlos frente a los ojos cuando se necesite.
El inglés George Adams los creó en el siglo XVIII. Posteriormente, gozaron de gran popularidad entre las mujeres de la época, que más que utilizarlos para ver mejor, los utilizaban como accesorio.
Quevedos
Estos lentes y su curioso nombre estuvieron muy de moda en la mitad del siglo XIX. Existían diversos tipos: ovalados, redondos y de diferentes colores.
Las personas de la época los utilizaban colgados en sus prendas de vestir con una cadena o alrededor del cuello. Estos lentes constaban de un clip o gancho que hacía presión sobre la nariz y los mantenía en su lugar. Sin embargo, usarlos no era muy cómodo y al final provocaban irritación y dolor en la nariz.
Con la edad contemporánea llega el momento de investigar con los materiales. La época en la que las gafas se convertirían en un símbolo de estilo.
En la II Revolución Industrial, Fleinbloom combinó los plásticos sintéticos con el vidrio para dar lugar a los lentes que conocemos actualmente. En los años 40, empezaron a fabricarse las gafas acrílicas y en los 50 las gafas alcanzaron su máximo reconocimiento, también como complemento de moda.
Hoy la gran mayoría de lentes son elaborados por monómeros o plásticos de alta calidad óptica mediante métodos de moldeado por inyección. Además, las superficies son talladas de forma digital por tornos de precisión numérica, lo que garantiza una precisión de hasta 0.01 dioptrías en la elaboración de una fórmula óptica.
Las monturas se elaboran en aleaciones de materiales hipo alergénicos como el níquel y el cobre. Estos son de alta resistencia como el aluminio o el titanio y en resinas plásticas se utilizan diferentes tipos de acetatos, pastas y acrílicos.
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